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4 consejos prácticos para crear hábitos que te acerquen a tus metas

Ya sea empezar a hacer deporte, tocar un instrumento, ponerse a dieta, estudiar cada día o aprender un idioma, todos hemos querido alguna vez crear nuevos hábitos para conseguir algo que realmente deseamos. El problema está en que a menudo no somos capaces de mantener la constancia y dedicación que requieren nuestras metas, y poco a poco nuestros esfuerzos van decayendo hasta que abandonamos. Lo peor en estos casos no es el hecho de no conseguir los objetivos que nos hemos planteado, sino que además nos sentimos mal con nosotros mismos por el hecho de haber fracasado.

De todos modos, con las herramientas adecuadas y la motivación necesaria cualquiera puede conseguir un cambio de hábitos en su vida. Hoy planteamos 4 consejos básicos para la creación de hábitos, basados en la investigación en psicología, que te ayudarán a llegar dónde te propongas.

 

1. Empieza por algo insignificante

Cuando no tenemos suficiente motivación para llevar a cabo las tareas que nos marcamos, tendimos a pensar que es problema de nuestra fuerza de voluntad, ¿pero y si son las tareas que son demasiado exigentes? La fuerza de voluntad es como un músculo que hay que entrenar. Empieza por tareas muy sencillas, tan insignificantes que sea imposible no hacerlas. A medida que te vayas habituando a esas tareas, puedes ir subiendo de nivel, aumentando la fuerza de voluntad requerida a medida que la vas entrenando.

No te preocupes si crees que haces demasiado poco, ten en cuenta que el poder de hacer algo insignificantemente positivo es exageradamente mayor al perjuicio de hacer algo negativo. Este diagrama es muy visual, un 1% de mejora diario en cualquier tarea va a beneficiarte mucho más de lo que puede perjudicarte un empeoramiento diario del 1%.

 

habits

Extraído de jamesclear.com

 

2. Grandes metas y micro-objetivos

Sueña en grande. Tu meta final tiene que motivarte, tiene que darte fuerzas para seguir adelante sin excusas. Está demostrado que tener grandes metas y visualizarlas mejora nuestro rendimiento al tratar de conseguirlas. Pero una vez encuentres tu meta, debes fijarte micro-objetivos y medir tu progreso en base a ellos.

Pongamos un ejemplo en el que tu meta es perder 10Kg y tu micro-objetivo hacer 20 minutos de deporte al día. Aunque pensar en tu meta es lo que te va a motivar, debes medir tu progreso diario en base a cuánto has cumplido con tu micro-objetivo (hacer deporte cada día) y no por la meta (cuánto peso has perdido). Para mantenerte motivado sólo deberías medir tu progreso en base a tu meta entre intervalos de tiempo significativos durante los cuales has ido cumpliendo con tus micro-objetivos.

 

3. Si-entonces

Es importante aprovechar tu rutina en vez de intentar luchar contra ella. Utilizar una planificación del estilo “si-entonces” puede ser muy beneficioso para asegurarnos de mantener los hábitos que estamos intentando adquirir. Esta técnica, apoyada por varios estudios, se basa en ligar la tarea a realizar con otra muy interiorizada y completamente integrada en tu rutina.

Por ejemplo, en vez de proponerte “haré 20 flexiones cada día” sería mejor “Cuando acabe de desayunar, entonces haré 20 flexiones”.

 

4. Sé imperfecto pero consistente

No se trata de ser perfecto, si no de ser consistente en tu nueva rutina. Habrá días que fallarás y no cumplirás tus micro-objetivos, pero no pasa nada, incluso los mejores fallan de vez en cuando. La clave está en que sea un hecho puntual. Por eso, una de las normas vitales para conseguir constancia es no fallar nunca dos veces seguidas. Esta norma sencilla y fácil de seguir te ayudará en el camino hacia tus metas, y además, ir cumpliendo tus objetivos te generará emociones positivas que harán más probable que repitas y mantengas tu nuevo hábito.

 

Esperamos que estos consejos te sirvan y que gracias a ellos puedas dar un paso más hacia aquello que deseas. ¡Si te ha gustado el artículo no dudes en compartirlo!