Month: March 2015

Sorteig: entrada per anar a veure “Una Giornata Particolare” a la Biblioteca de Catalunya

Sortegem una entrada per anar a veure “Una Giornata Particolare” a la Biblioteca de Catalunya (Carrer de l’Hospital 56, Barcelona) aquest divendres 23 de març de 2015. L’obra, dirigida i interpretada per la companyia La Perla 29, està basada en la pel·lícula original d’Ettora Escola. Per a participar al sorteig només cal seguir els passos que trobaràs al següent formulari:

 

- SORTIEIG TANCAT -


Text extret de teatrebarcelona.com:

Oriol Broggi dirigeix aquesta versió teatral de la pel·lícula Una giornata particolare (1977) de Ettore Scola amb Sophia Loren i Marcello Mastroianni. L’obra es planteja com un duel interpretatiu entre dos actors. En el seu moment ho varen fer Josep M. Flotats i Anna Lizarran, en aquesta ocasió són Clara Segura i Pablo Derqui els protagonistes d’aquesta història.

una giornata

SINOPSI: Mentre la família nombrosa de l’Antonietta abandona la casa per anar a veure la marxa militar organitzada per Mussolini amb presència del mateix Hitler, ella descobreix que, al pis del costat, un home viu angoixat la resistència al règim feixista. Es coneixen, parlen i, de sobte, Antonietta descobreix que la vida pot tenir moltes contradiccions, pot anar molt més enllà de la seva petita quotidianitat com a mestressa de casa. Un intercanvi intens de poques hores que farà passar una bona estona als dos personatges però que, sobretot, els canviarà per sempre.

Reseña de “La mujer que no quería amar” de Stephen Grosz

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Título: La mujer que no quería amar. Y otras historias sobre el inconsciente.

Autor: Stephen Grosz

Editorial: Debate, 1ª edición 2014

Título originalThe examined Llife. How we lose and Find ourselves.

 

Uno de nuestros deseos al decidir escribir en un blog es el de compartir lecturas que puedan ser interesantes desde el punto de vista psicológico. Por ello iremos hablando periódicamente sobre novelas que aporten ese ángulo de visión. Nuestras reflexiones son totalmente personales, y las expresamos con  ganas de promover la lectura y que disfrutéis de ella.

Stephen Grosz es psicoanalista. Ha trabajado con pacientes durante más de veinticinco años. Nació en Estados Unidos y estudió en la Universidad de Berkeley y en la Universidad de Oxford. Actualmente enseña en el Instituto de Psicoanálisis de la University College de Londres, donde reside. Sus casos han aparecido publicados en el Financial Times Weekend Magazine, en la revista Granta y en El País. La mujer que no quería amar es su primer libro.

El libro consta de treinta y un  relatos escritos con lucidez y con una prosa suave. Destila un sentido de humanidad que se comparte, de comprensión y de empatía. Consigue mantener la tensión en la lectura, y con un matiz detectivesco,  genera  curiosidad hasta el final.

Con delicadeza y detalle, Grosz nos invita a sumergirnos en lo que es el universo de la  terapia psicoanalítica. Vidas cotidianas, historias muy reales, personas que sufren, se preguntan sobre sí mismas, dudan, aman, sienten miedo, desean y principalmente buscan comprender su realidad y la verdad sobre su vida.

En cada historia podríamos encontrar algo de nosotros mismos: ese querer saber y no querer saber sobre nuestra realidad interna y sobre como la vida discurre. Sorprendernos sobre por qué pasan las cosas en nuestra vida, sentirnos atrapados por situaciones que hacemos o pensamos… En sus relatos el deseo de cambio está siempre presente, y como el mismo autor explica, cambiar significa perder alguna cosa. Los relatos hablan de ese  deseo de transformación y de  la esperanza que ello conlleva.

Es difícil transmitir en breves relatos cortos la complejidad de la relación terapeuta-paciente. El deseo de hablar, de comprender y  de ser comprendidos. El autor  lo consigue hacer  con precisión; hablar sobre  la emoción y  la intensidad del trabajo analítico. La empatía significa colocarse en el lugar del otro, e implica estar en contacto con lo que el otro experimenta, sentir lo que el otro siente. Genera una base  segura  para el paciente.  El terapeuta empático intenta ubicarse en el interior de la perspectiva del paciente aunque también a la vez  permanece separado como un pensador independiente.

Con una escritura clara y cercana, Grozs nos lleva de la mano a la proximidad de las relaciones humanas, y al final de cada relato nos deja saboreando y reflexionando sobre la historia,  con las preguntas que nos generan.

 

Artículo por Isabel Mercadé

Los nativos digitales: imperio de sensorialidad que se perpetúa

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) nos aportan un enriquecimiento personal en algunos aspectos, por ejemplo facilitando el acceso a la información y permitiendo la comunicación con personas queridas que están a gran distancia. Aun así, también pueden poner en riesgo a las personas en edades más vulnerables: los niños y los adolescentes. Hoy vamos a hablar de los primeros por considerarlos los más olvidados, de cómo en función del uso, un dispositivo (móvil, tablet, ordenador, videoconsola…) puede convertirse en una herramienta positiva o negativa en la constitución del sujeto.

Padre e hijo tablet

 

En este artículo no nos centraremos en las posibilidades concretas que ofrece internet, cómo las redes sociales o los videojuegos online, ya que lo haremos en el artículo posterior dedicado a los adolescentes, que son sus principales usuarios. Aun así, cabe señalar que la edad en que nuestros niños acceden a estos servicios va avanzando continuamente.

También comentar que cuando hablemos de la madre y/o el padre nos estaremos refiriendo a las funciones maternas y/o paternas, teniendo en cuenta las nuevas estructuras familiares. Cuando hablemos del pecho, nos referiremos al pecho y/o biberón.

Parafraseando mi colega y maestro Ricard Mil·lieri, actualmente en nuestra sociedad los bebés pasan del “pezón al botón”. Y es que, ¿cómo se realiza el destete? Cuando nace un niño parece que tengamos prisa para que aprenda a manejar un mando, una tablet, un móvil, y sus botones. El niño prueba con su natural curiosidad, y a través de ensayo y error, aprende. ¡Qué contentos estamos! ¡Qué contento se pone él por nuestro “estar contentos con él”! Esto es saludable, estructurante y motivador. Pero la situación puede tener otro acontecer.

Actualmente parece que a los padres les cuesta mucho sostener la angustia de sus hijos. Quizá tenga que ver que desde la OMS, ya en 1948, equiparaba en su definición la salud a la felicidad. ¡Todos debemos ser felices para estar sanos! Y sino es así surge la culpa asociada a no poder gozar del placer ideal. Los padres se sienten totalmente responsables de la felicidad de sus hijos. ¿Soy buen padre si dejo que mi hijo se angustie? No poder sostener la angustia de los hijos si no se les da todo lo que piden y ser incapaces de consolarlos, hace que estos mismos padres tengan conductas y actitudes de abandono hacia sus hijos: ¿O no es abandonarles si les damos todo lo que piden aunque no sea lo mejor para su desarrollo?

Como apunta Melanie Klein, cuando nace el niño se siente con-fundido con la madre. Es la madre quien debe dar un espacio donde puedan tener lugar las representaciones mentales. Acorde con las ideas de Donald Winnicott, la Madre en principio debe ilusionar al bebé para irlo desilusionando luego gradualmente. Esto le permite al niño ir entrando en contacto con la realidad y con la subjetividad, donde puede desarrollar las primeras estructuras mentales necesarias. La madre ofrece o no-ofrece el pecho y en esta dinámica del no-todo, de la falta, nos vamos constituyendo y estructurando como personas.

En esta primera fase de desprotección del bebé pueden aparecer conductas de los padres o personas responsables que no favorezcan la creación de este espacio intermedio y transicional, de representaciones simbólicas y de diferenciación. Si el niño siente que lo puede todo, no va a poder diferenciar el deseo de realidad. El niño queda desprotegido.

Es frecuente observar cómo ante la demanda de los niños de atención y dedicación afectiva se les ofrece un “algo sustitutorio” que en el caso que nos ocupa va desde la televisión (en bebés) hasta varios dispositivos (tablet, móvil, videoconsola, etc.) cuando ya pueden sostenerlos – pantallas.

Sin darnos cuenta, ya en la sillita del coche les facilitamos que se distraigan con los dispositivos (¿distraerlos de qué? ¿De un sufrimiento normal?). Obturamos que el niño tenga sus propias experiencias sensoriales que, sin distracciones, irían acompañadas por la formación de pensamientos o fantasías que llegan a adquirir una importancia vital para el bebé en el momento de disponerse a dormir y que es una defensa contra la ansiedad.

En este contexto el imperio de la sensorialidad se perpetúa, obturando el proceso tan necesario de las representaciones simbólicas y las vinculaciones afectivas, y colocando al niño en una posición de pasividad.

La pasividad es un síntoma que implica la renuncia a situarse como sujeto pensante, y esto posteriormente se reflejará en el aprendizaje. Existe una relación entre el conocer y el mirar. El mirar es la base somática del aprender. En un continuo del mostrar, tenemos el exhibir del enseñante en un extremo, que conlleva evitar mirar (encandilarse) del aprendiente.

Ante una pantalla el bebé queda hipnotizado, encandilado por lo que no aprende nada, ya que sólo queda atrapado en lo sensorial. Cuando este bebé crece y ya es un niño, sigue necesitando de la interacción afectiva de los padres para un buen desarrollo. A veces se les deja largos ratos solos con dispositivos móviles, empezando ya en ese momento a inducirlos a unas conductas de aislamiento y soledad en desconexión con los valores y afectos. Esto es de suma importancia porque determinará la relación de esta persona-niño con las TIC.

Los padres deben interesarse por lo que hace el niño, aprender lo que le gusta a su hijo, acompañarlo y orientarlo en este recorrido. Introducir valores y afectos.

Las personas necesitamos del anclaje simbólico del amor del otro, que se transmite también acompañando, compartiendo y orientando mientras nos divertimos con nuestros hijos a través de las TIC.

Hay que ayudar al niño a pasar de un deseo del impulso-compulsión a un deseo de la falta, aunque resulte difícil en la sociedad actual en que nos aboca a consumir constantemente y a hacerlo aquí y ahora.

También es importante respetar las diferentes etapas evolutivas de los niños, por eso hay que estar atentos a los contactos cada vez más precoces de los niños con las TIC, porque sin un acompañamiento pueden darse desórdenes en la constitución del sujeto respecto a su identidad (pudiendo llegar a trastornos).

Cuando el niño escriba en google “culo”, “tetas” o “sexo”, tiene que estar preparado para las imágenes que verá, imágenes que debe poder articular con los valores y afectos.

Artículo por Carme Guillén

Psicologia i Teatre: ‘La Pols’ de Llàtzer Garcia a la Villarroel

la pols
L’art i l’expressió artística juguen un paper molt important en la vida de les persones. No només a causa del nostre plaer per l’estètica, sinó també d’una necessitat intrínseca de l’ésser humà molt arrelada a la nostra naturalesa.

Les arts escèniques com el teatre, la música o la dansa es basen en l’expressió artística in-situ per construir una comunicació especialment directa entre el creador i l’espectador. El públic és partícip d’una exhibició pública, però alhora molt íntima, dels racons més profunds de la persona i del personatge que sovint es fonen en un tot indivisible i ens situen davant de l’ànima humana convidant-nos a la reflexió.

Fa un parell de setmanes que vam anar a la Sala Flyhard a veure l’obra ‘La Pols’ de Llàtzer Garcia, representada per la companyia Arcàdia, que aquest dimecres s’estrena a la Villarroel. Ens va semblar una obra molt interessant, colpidora i amb una excel·lent interpretació, per això aprofitem per a fer-ne la nostra reflexió des del punt de vista de la psicoanàlisi. El text no conté detalls rellevants de la trama i en recomanem la lectura abans de veure l’obra, però si preferiu anar-hi totalment a cegues podeu llegir aquest comentari després.

La Pols ens parla…

De les relacions familiars. De quina manera això afecta i ens determina en la constitució com a subjectes. No sempre a tots de la mateixa manera.

De la veritat, de la veritat de cadascú, que tampoc és la mateixa.

De com n’és de difícil confrontar-la.  De com cadascú busca la seva manera de “suportar-la “ en la vida.

De la necessitat de posar-hi paraules “paraules clares “, “paraules en veu alta” com diu en Jacob; “com puc posar-hi paraules?”, ens diu la Ruth. Ells mai les han escoltat. Nosaltres com a psicoanalistes diem: paraules que ens alleugereixen, que ens ajuden a comprendre, potser paraules que curen…

Dels processos de dol.  “No és el pare, ni la mare, ni la família que  ens hagés agradat tenir”. De la pèrdua de la infantesa i del creixement personal que en la pols no segueix l’evolució esperada.

De l’inconscient. Tot comença amb un oblit i acaba amb un somni. “Per què no m’has dit que el papa s’ha mort? Has oblidat que el teu pare s’ha mort”. Jacob, sense el mecanisme de la repressió de filtre i amb dificultats en la simbolització, ens l’aboca massivament, fa el que no es pot fer, diu el que no es pot dir. Per això ens trasbalsa. També veiem com altres personatges ho afronten d’una manera més neuròtica.

De la herència dels conflictes d’anteriors generacions i de la dificultat de fugir de la repetició. De l’abandó, del rebuig, de les màscares que necessitem per viure.

Del lloc que ocupem en el món, un lloc que ens donen els pares. Nosaltres el podem  canviar?

 

En definitiva, els personatges es despullen davant nostre, cadascun amb un grau diferent de conflicte i de màscara, amb molta força i de manera magistral. Per acabar, us deixem amb una cita triada per l’autor, en Llàtzer Gracía:

“El terror més gran que pot patir un nen és no sentir-se estimat, i el rebuig constitueix per ell un veritable infern. Crec que tothom, d’una manera o d’una altra, ha experimentat aquesta sensació. I amb ella també ve la ira, i després de la ira el crim, sigui quin sigui, com a venjança per l’abandonament, i després del crim la culpa; aquesta és la història de la humanitat. Jo crec que si aquesta sensació d’abandonament pogués ser amputada, els homes no serien el que són.”

John Steinbeck a L’est de l’Edèn.

 

Escrit per Carme Guillén